30 de agosto de 2018

¿Cuales son los factores de riesgo y protección en la esquizofrenia?


Como ya explicamos en su día en esta antigua entrada ¿Qué nos enseña el Modelo de Vulnerabilidad – Estrés?, toda persona tiene una serie de condiciones que influirá en tener más o menos probabilidades de sufrir un episodio psicótico o una esquizofrenia.  

Estas condiciones dependen de su genética, de su biología, de su proceso psicológico y de su medio ambiente.

Es decir, la vulnerabilidad es la predisposición a desarrollar un trastorno mental cuando existen un cierto grado de estrés que supere el umbral que puede tolerar.

Un estrés que puede ser agudo (un acontecimiento puntual) o crónico (una situación de tensión que se mantiene en el tiempo).


Ya antes del primer episodio psicótico existen una serie de factores que nos pueden indicar un mejor o peor pronóstico (Lauriello, J. et al., 2004)



MEJOR PRONÓSTICO
PEOR PRONÓSTICO
Buen funcionamiento premórbido
Alteraciones cognitivas
Apoyo familiar y amigos
Alta emoción expresada familiar
Mujer
Hombre
Casado
Aislamiento social
Comienzo agudo con un factor precipitante (algún evento estresante de manera intensa, por ejemplo)
Comienzo insidioso, poco a poco
Primeros síntomas, mejor a mayor edad
Primeros síntomas, cuanto más joven peor
Psicosis sin síntomas negativos evidentes (aislamiento, falta de motivación, de iniciativa…)
Más evidentes los síntomas negativos que los positivos
Una historia sin abusos importantes de tóxicos
Abuso de tóxicos continuado


Pero esto no es inamovible, afortunadamente.

La Rehabilitación Psicosocial ayuda a que el umbral pueda ser más alta y a saber controlar mejor el estrés.

Y por tanto, a disminuir el riesgo de recaídas.

Para ello, debemos conocer perfectamente los factores de riesgo y de protección.

Tanto familiares, afectados y profesionales

IMSERSO (2007), Modelo de Centro de Rehabilitación Psicosocial https://bit.ly/2LCrSG9 

 Los factores de riesgo más importantes son:
  • El Abandono de la medicación. Es el primer motivo de recaída y de ingreso.
  • Consumo de drogas y alcohol. El segundo.
  • Tensiones y conflictos (vivir en un ambiente crispado,…)
  • Cambios en la rutina, trabajo, relaciones amorosas de forma excesiva
  • Problemas económicos
  • Muerte de un ser querido
  • Tratarle como una persona enferma incapaz de asumir responsabilidades y comportarse con autonomía
  • Entrometerse excesivamente en la persona afectada
  • No potenciar los aspectos sanos del sujeto
  • Enfados continuos en el domicilio. Más si son sobre los síntomas (también los negativos – es decir, falta de motivación, de iniciativa, aislamiento…)
  • Culpabilizar a la persona de la enfermedad.
  • Falta de relaciones sociales
  • Vivir en una comunidad con escasos recursos sociosanitarios.

  
Mientras que los factores de protección:
  • Buena adherencia al tratamiento
  • No consumo de tóxicos
  • Evitar situaciones estresantes pero intentar mantenerlo incorporado a las rutinas de la vida diaria
  • Evitar la sobreestimulación: estrés
  • Evitar la alta emoción expresada (críticas continuas y/o descalificaciones de la persona)
  • Evitar sobreimplicación


La Rehabilitación Psicosocial ayuda a abordar estas conductas.

A favorecer las de protección y reducir las de riesgo.

Pero para ello es imprescindible una implicación en este proceso de la persona afectada y de su familia.

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