La
esquizofrenia es un trastorno mental complejo, grave y crónico. Un reto para
los profesionales de la salud mental. La Terapia Familiar
nació precisamente para combatirla. Está claro que por sí sola no ha tenido
éxito pero, al menos, se comenzó a entenderla desde otro punto de vista.
Necesitamos
una verdadera visión integradora del
ser humano, una concepción biopsicosocial
para conseguir avanzar en la mejora del tratamiento de los trastornos mentales graves. Sólo con
actuaciones sobre todas las áreas conseguiremos efectividad. Es decir, es
necesario la medicación, pero
también, intervención psicológica,
la información a familias y
afectados, rehabilitación
psicosocial, intervención social e
intervención familiar.
Y así surge Esquizofrenia y Terapia Familiar (EQF&TF) donde creemos:
- que se puede hacer mucho por mejorar en salud mental,
- que una familia capacitada e informada es el mejor recurso para la persona afectada,
- que un individuo preparado es la mejor arma para combatir la cronicidad,
- que se puede conseguir la autonomía plena,
- que se puede evitar que la enfermedad lo invada todo,
- que la persona es, en primer lugar, ciudadano en toda la concepción de la palabra,
- que se puede hacer mucho más que tomar la medicación para conseguir una vida normalizada (aunque hay que seguir tomándola mientras lo diga el médico),
- que, entre todos, podremos dar una visión positiva de la enfermedad mental y romper el estigma social que le rodea durante siglos,
- que la visión social es imprescindible en el binomio salud – enfermedad.
Y creemos en
todo ello por que lo hemos visto y lo hemos vivido. Y para conseguirlo,
ofrecemos instrumentos, claves y recursos para conseguir que los familiares y
afectados consigan ser los protagonistas
de su proceso, de su cambio. Comunicándonos de forma sencilla para estar cerca
de ellos, de los que estudian, de los profesionales, de los que están
empezando, de los que llevan ya mucho tiempo… de la sociedad. Ofrecemos, por
tanto Trabajo Social y Terapia Familiar
en salud mental.
“El acto del
diagnóstico inicia una deshumanización del paciente, nos retira la posibilidad
de identificarnos con él. Se le ha instalado en su aparato psíquico una
enfermedad. Él no tiene responsabilidad de sus acciones, es incomprensible y,
como dijo Dennis Scott, se le asesina la identidad. Los actos o pensamientos
que el sujeto expresa no le pertenecen, le pertenece a la enfermedad”. (Barbagelata,
Norberto, Intervención familiar en la esquizofrenia y otros trastornos
psicóticos: la terapia familiar y la psicoeducación. ¿Qué, cuándo y
cómo?, Revista Redes, nº 5, 1999)
2 comentarios:
Sergio, muy interesante tu blog, soy colega de Colombia y tuve la gran oportunidad de trabajar en una clínica psiquiátrica y realizar intervención con las familias de pacientes con esquizofrenia; pude conocer de cerca esta patología, la cual es muy dura, muy triste y de mucho rechazo no solo por la sociedad sino inclusive por sus familias; por lo que el reto de nuestra profesión en este campo es bastante grande.
Muchos éxitos en tus proyectos profesionales y personales.
Muchas gracias, Constanza. Así es, es una realidad dura para familias y afectados y de ahí que nuestro trabajo sea importante para mejorar la vida de estas personas. Un saludo desde España y que también tengas éxito en tu vida.
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