9 de octubre de 2008

Comentario del artículo TERAPIA FAMILIAR, POSTMODERNISMO Y CONSTRUCCIONISMO SOCIAL

El autor belga Alfons Vansteenwegen, nos expone que el terapeuta sólo es experto en la conversación, pero no sabe nada sobre familias (al menos aparece el concepto), ni estructuras ni jerarquías. Es como si un médico, que se ha dedicado a estudiar el cuerpo humano, no sabe nada de cuerpo humano y cura a través de la conversación. Si estudiamos sobre familias, algo sabremos de familias y de un ideal de estructrura y jerarquía. Porque es algo tan antiguo como el mundo, que los padres, en una relación simétrica, mandan sobre los hijos. Si no es así, algo empezará a ir mal. Si existen figuras pseudoparentales en la familia extensa también puede empezar a existir síntomas. Esto lo sabemos y, estos síntomas o problemas, empiezan a desaparecer si la familia comienza a trazar límites claros y establecer la jerarquía. Para ello, existen estudios que demuestran que las intervenciones anteriores funcionan y son mucho más simples que esta teoría. Curioso lo de que el terapeuta puede cambiar. Idea que me surgió con el artículo anterior de McNamee y Keeneth pero olvidé anotar. Muy positivo que el equipo terapeutico (incluidos los del detrás del espejo) discutan delante de la familia, creando cambio a través de esta conversación. Y crear el problema como un proceso, en las que hay diferentes etapas. Similar a un PIR, donde nos ponemos pequeñas metas para alcanzar, finalmente, una mayor. Un problema complejo, lo dividimos en varios problemas sencillos para facilitar su disolución.

8 de octubre de 2008

La teoría herméneutica en la Terapia Familiar

Explica las premisas de la nueva teoría en la que se basa la TF en los últimos años partiendo de la teoría hermenéutica, es decir la interpretación. Ensalza el poder de la conversación en terapia como medio para disolucionar el problema, creando un sistema lingüístico entre el equipo terapéutico y la familia. Aunque en todo el texto ha aparecido la palabra familia, lo cual ya me parece un problema. Supera la cibernética de segundo orden para llegar a un cambio menos dirigido todavía. El cambio debe hacerlo la familia (hasta aquí de acuerdo), pero ahora el terapeuta debe conversar con ellos desde la postura de la ignorancia. Creando una nueva narrativa, pero que sean ellos quien la creen a través de las preguntas de un terapeuta, el cual no debe basarse en experiencias ni en premisas anteriores. Lo cual me crea un interrogante, qué ocurre con esas familias que piden recetas rápidas (para ello pagan) y el terapeuta solo hace preguntas y preguntas. Supongo que se irán. En mi contexto, no me queda ninguna duda. Las familias con transacción psicótica que acudan a colaborar en un proceso rehabilitador de su hijo, si ya es difícil conseguir cambios sin que sientan culpabilidad, veo difícil que encuentren una nueva narrativa sin ninguna directriz, sin que sientan que el terapeuta es un experto en salud mental. Veo difícil hasta que vuelvan a una siguiente entrevista, porque ya es bastante difícil si no encontramos un lugar para la colaboración mutua.
Sin embargo, encuentro muy interesante las líneas filosóficas: no hablarle al otro sino con el otro; la subjetividad (los miembros objetivos no participan en el sistema y entonces no pueden opinar “solo son objetivos los objetos”); crear un sistema lingüístico para la terapia; y, especialmente, que el terapeuta es un artista en la conversación (me parece fascinante el calificativo de artista). Esto es así, el terapeuta, independiente la corriente psicoterapéutica que elija para conseguir sus fines debe manejar la conversación como un pintor los colores o un escultor los materiales. Es nuestro arma.
Muy en la línea de la narrativa y el constructivismo social, pero dándole una vuelta de tuerca más, siendo, en mi opinión, excesivamente radical. A mi, como terapeuta, me parecerá difícil no querer intervenir más y mantenerme en esa postura de ignorancia. Habrá que saber más del tema y, como siempre, coger lo que nos sea útil.

22 de septiembre de 2008

El estigma de las personas con Trastorno Mental Grave

Encontramos un excelente artículo publicado en la revista nº 101 de la AEN realizado por Marrcelino López, Margarita Laviana, Luis Fernández, Andrés López, Ana María Rodríguez y Almudena Aparicio. En él, se recopila la información sobre el estigma existente y se plantean las bases para trabajar contra el estigma siendo efectivo. Un avance de la charla que podremos presenciar el las jornadas que la AARP y la AEN celebrarán próximamente en Zaragoza los días 23 y 24 de octubre, en las que participará el propio Marcelino López. Podéis leer el artículo en el siguiente link.

18 de septiembre de 2008

Comentario de Artículo

Artículo: UNA MIRADA COSMOPOLITA PARA CONVERSAR CON LOS DENOMINADOS “TRASTORNOS MENTALES GRAVES Y PERSISTENTES”
Autor: LUIS TORREMOCHA. PSIQUIATRA. TERAPEUTA FAMILIAR. DIRECTOR DE C.E.T.R.E.S. ESCUELA DE TERAPIA FAMILIAR. SUBDIRECTOR GERENTE DEL CENTRO ASISTENCIAL SAN JUAN DE DIOS, MÁLAGA.
Publicación: Revista Mosaico, nº 33. Descarga en PDF
Nos habla del cambio de mirada ante los pacientes TMG, tan etiquetados, tan desvinculados de lo humano. En un centro donde el perfil de paciente es el de puerta giratoria, con largo historial psiquiátrico y múltiples ingresos en distintos servicios psiquiátricos, el cambio de mirada, la nueva narrativa ("relatos mejor formados", Sluzki), ayuda a la hora de mejorar la situación familiar y, con ello, el cambio. El autor se apoya en dos sesiones familiares para ver cómo la metáfora es útil en la terapia, reconfirmado a la persona, que tanto tiempo ha estado desconfirmado. En mi experiencia profesional, todo paciente por grave que sea su psicopatología, tiene un mejor funcionamiento siempre que se le habla con sinceridad, responsabilidad y como un igual. El objetivo de esta terapia será conseguir que su identidad empieza a formarse fuera del delirio y la persona sea parte de una historia redefinidal, mejor formada.