Tener una adecuada red social nos hace tener una
mejor autoestima, mejora la convivencia de la familia, nos da apoyo emocional,
nos ayuda a conseguir nuestros objetivos personales y laborales y nos permite
una mejor regulación social.
En caso de crisis personal, la red social es el
primer lugar donde llamamos a la puerta, mucho antes de acudir a un
profesional. Por ello, en una intervención integral, es
indispensable tener en cuenta la red social de la persona, reforzarla y mejorar
sus prestaciones. Ya que ello le dará autonomía y una mayor independencia si
surgiera otro momento crítico.
Además, como dice Sluzki, la red social nos sirve
como monitora de salud ya que nos retroalimenta, nos avisa si existen
desviaciones y nos permite llevar una mejor rutina (dieta, ejercicio, sueño,
ocupación…). Nos permite dar sentido a nuestra vida y nos da gran parte de
nuestra identidad.
Pero, claro, al igual que ofrecen apoyo, también
nos demanda cosas a nosotros y pueden generarnos estrés. Debemos tener una red
social adecuada a nuestras necesidades, con un tamaño adecuado, simétrica... Es
decir, cuando iniciemos una intervención social 2.0 debemos hacer un análisis
de la misma, es decir, tener en cuenta qué componentes existen en la red social
y qué debemos mejorar y qué debemos mantener:
- Tamaño de la red. Qué número la componen.
- Densidad de la red. Grado de interconexión de sus integrantes. Si todos se conocen entre ellos y es una red pequeña, hablamos de redes cerradas.
- Extensión. Su dispersión física de los componentes.
- Dimensión. Actividades y empleos que saben hacer. Si nuestro objetivo es aumentar nuestra red profesional, buscaremos personas de una misma dimensión. Pero si buscamos apoyo material, nos interesará que esta dimensión sea variable.
- Puentes. Son las conexiones entre dos sujetos. Es decir, si yo sólo puedo quedar a tomar un café con Pedro si está Juan, Juan es nuestro puente. Si una persona es puente de casi todas las conexiones de una red, puede tener una excesiva presión. Y si una persona siempre necesita puentes para integrarse, será una persona muy dependiente.
- Frecuencia. ¿Cada cuánto quedas con esa persona?
- Percepción de la red. Interpretación subjetiva que tenemos de nuestra red.
- Intensidad. Grado de cercanía con cada una de las conexiones.
Como veis, el estudio de una red social no es nada
simple y conlleva una adecuada investigación. Antes de comenzar cualquier
intervención social 2.0 es necesario poder hacer un buen análisis de la red
social que queremos crear o reforzar. Sólo así podremos establecer objetivos
realistas, concretos y comunes entre profesional y usuario. ¿Cómo analizáis las
redes sociales de vuestros usuarios? ¿Usáis algún tipo de instrumento como el
sociograma?
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