19 de agosto de 2020

Juventud, discapacidad y Covid-19

 

Que la repercusión que está teniendo (y tendrá) la COVID-19 en el empleo va a ser lo nunca visto, lo sabemos. Que esa repercusión le va a afectar a las personas más vulnerables, también lo sabemos.

 

Los jóvenes serán los grandes afectados. “Generación Coronavirus” la empiezan a llamar ya que empezamos a intuir que esta generación de jóvenes va a tener que lidiar con las consecuencias del COVID-19 durante toda su vida. Y que tendrán que pagar, algún día, la factura que está costando.

 

Y qué decir de los jóvenes con discapacidad. Para ellos, encontrar trabajo en los primeros meses va a ser una odisea. Como trabajadores sociales nos tenemos que poner las pilas ante este problema (como ante tantos otros).

 

Y para ello, lo primero es hacer una foto de la situación actual para ir planificando nuestro trabajo, porque también va a cambiar.

 

“Estamos en un escenario crítico para no dejarles atrás y evitar que las consecuencias económicas del coronavirus ahonden la brecha de desigualdad. Todos los esfuerzos han de ir encaminados al empleo sostenible”. (F. Mesonero, Fundación Adecco)

 

La semana pasada llegaron a mis manos dos informes muy interesantes que ya empiezan a hablar de consecuencias. A corto, pero consecuencias palpables

  1. Los jóvenes y la Covid-19: Efecto en los empleos, la educación, los derechos y el bienestar mental. De la Organización Internacional del Trabajo
  2. 5º informe de Jóvenes con Discapacidad de la Fundación Adecco.

 



Viendo los datos de uno y de otro, combinando sus conclusiones y extrapolando nos será más fácil hacer hipótesis para el futuro y ponernos manos a la obra para que esas irremediables consecuencias -a largo plazo- sean menos severas de lo que prevemos.

 

Es decir, evitar una barbarie que es lo que pasará si seguimos haciendo las cosas pensando que el coronavirus acabará en un par de meses. Comparto los datos que más me han llamado la atención a lo que añado mi opinión:

3 de cada 4 de los jóvenes que estaban estudiando se han visto afectados de alguna manera

          Mayor incidencia en países con ingresos más bajos o personas en riesgo de exclusión como son las personas con discapacidad. Es la brecha digital que ha aumentado con la pandemia. El no tener acceso a internet o conocimientos para acceder es quedarse fuera a partir de ahora.

 

·         1 de cada 6 jóvenes ha dejado de trabajar desde el inicio de la pandemia.

 

Fuente: OIT
Fuente: OIT

·         Los jóvenes con discapacidad aún más difícil ya que los sectores donde solían encontrar trabajo son los más perjudicados: alojamiento, venta, restauración, servicio doméstico.

 

         El 65 % de los jóvenes indicaron que habían aprendido menos desde el inicio de la pandemia.


         Más del 50% de los desempleados jóvenes no han trabajado nunca. Ahora el joven con discapacidad, deberán prolongar sus estudios por la gran dificultad que va a existir para encontrar su primer empleo. Pero, ¿qué pasa si no puede acceder a Internet? ¿Y con la formación que tiene que ser sí o sí presencial?

 

Fuente: OIT


·         En tiempos de crisis tenemos el peligro que se acentúen los estereotipos, los falsos prejuicios… Tenemos el peligro ante este panorama, que muchas personas con discapacidad tiren la toalla.

 

“Es un reto de dimensiones mayúsculas para los jóvenes con discapacidad que ya atravesaban grandes dificultades antes de la pandemia. Urge acompañarles en este proceso a través de políticas activas de empleo que les doten de herramientas para competir en el mercado. Sensibilizar a las empresas y dejar de lado la contratación de personas con discapacidad por caridad, sino por competitividad y sostenibilidad empresarial.” (F. Mesonero, Fundación Adecco)

 

 

·         Las perspectivas profesionales están dominadas por la incertidumbre y el temor, ya que los jóvenes evaluaban con pesimismo su capacidad para finalizar su educación y formación. La incertidumbre persistente en el tiempo es un caldo de cultivo perfecto para los trastornos de ansiedad. Y éstos para problemas de salud mental todavía más graves (adicciones, depresión, psicosis…).


·         Por eso mismo, todo apunta a que la pandemia de la COVID-19 y su impacto socioeconómico afectará a la salud y el bienestar mental de las personas; esta situación debe afrontarse con carácter urgente (Naciones Unidas, 2020a). Después de la emergencia sanitaria vendrá la emergencia de la salud mental y de los servicios sociales.

 

·         1 de cada 2 jóvenes posiblemente sufren ansiedad o depresión, mientras que otro 17% probablemente se vea afectado por ella. Imagina si ya sufres de un trastorno mental. Esos porcentajes se disparan hasta cifras inasumibles para los dispositivos actuales de salud mental. Necesitamos más recursos sino ocurrirá en la salud mental como con la famosa curva del COVID-19 en el periodo del confinamiento.

 

Fuente: OIT

·         Estos datos dejan patente que la salud mental está totalmente relacionada con las posibilidades de éxito que tenemos en la formación y en la integración a un mercado de trabajo. 

 

·         El mayor sentimiento de ansiedad y temor que ha infundido esta crisis en muchos jóvenes amenaza con retrasar la recuperación de los resultados educativos y del empleo juvenil.

Fuente: Fundación Adecco

 

PROPUESTAS

Ante esta situación que los estudios apuntan propuestas a las que sumo alguna reflexión

·         Políticas que luchen contra el desempleo juvenil y el de las personas con discapacidad.

 

·         Velar para que las prestaciones del seguro de desempleo cubra a todos los jóvenes.

 

·         Estrategias a grupos más vulnerables.

 

·         Fomentar el diálogo social.

 

·         Sensibilización en las empresas para las personas más vulnerables se queden atrás.

 

·         Acompañamiento al joven con discapacidad en todo el proceso, poniendo el foco en los sectores que han resistido mejor la crisis del coronovirus y los que han salido fortalecidos: comercio electrónico, alimentación, telecomunicaciones, servicios sociosanitarios y personales., servicio a domicilio y farmacia.


          Acciones para reducir la brecha digital.


         Impulsar el Trabajo Social de grupo y comunitario. El individual para esta crisis mundial se queda corto. Tenemos que conseguir que el joven con discapacidad se implique en el cambio social que debe existir. Son los propios afectados quien tienen que ser protagonistas del cambio y para eso el Trabajo Social debe dar un paso al frente.


·         Incrementar los servicios sociales y los dispositivos de salud mental para los jóvenes, especialmente.

 

         Estar muy atentos a que surja otro virus tan peligroso o más que el COVID19. El racismo o, mejor dicho, la aporofobiaNos avisa Slavoj Zizek en su libro Pandemia: la covid-19 estremeceal mundo


“Evitar lo que los populistas racistas siempre pretenden: ser capaces de justificar la exclusión de inmigrantes y refugiados atendiendo a razones médicas y «científicas»”.

 

Y podemos añadir a cualquier persona en riesgo de exclusión social, a aquel quien viva en condiciones precarias, que tenga dificultades para cumplir con medidas sanitarias por diversas causas ajenas a su voluntad. Tenemos que ser inflexibles antes estos posibles brotes.

 

         Una de las conclusiones del estudio del OIT es que los jóvenes están decididos a dar un paso al frente, asociarse y ser parte del activismo social que ahora es más necesario que nunca. Ayudar a la “reconstruir mejor”. Y el Trabajo Social debe acompañar y liderar este cambio social que debe darse. Volvemos a Zizek que espera que se propague otro virus ideológico mucho más beneficioso:

 

“El virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad que vaya más allá del Estado-nación, una sociedad que se actualice en forma de solidaridad y cooperación global”.

 

Y alude a la película Kill Bill Vol. II cuando nos dice que la COVID-19

 “es una especie de «Técnica de los Cinco Puntos de Presión que Hacen Explotar el Corazón» en el sistema capitalista global, una señal de que no podemos seguir como hasta ahora, de que hace falta un cambio radical”.

 


·         Reitero, basar todo nuestro trabajo en un Trabajo Social individual, un Trabajo Social funcionalista no será suficiente. Debemos ser el motor para ayudar y liderar ese cambio radical al que se refiere Zizek.

 

·         Y acabo con una buena iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona: Cabàs Emocional”, la nueva web para abordar el sufrimiento y la salud emocional pretende ayudar a la población a hacer frente al sufrimiento psicológico derivado de la pandemia

 

¿Qué opinas del cambio que se avecina? ¿Tienes alguna propuesta más? Compártelas con nosotros

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