En 1959, George Brown y su equipo observaron que las
personas con esquizofrenia reingresaban con mayor incidencia aquellos que
vivían en casa de sus padres, en comparación con los que vivían solos o con
algún otro familiar. La causa no lo explicaba la gravedad de la enfermedad, ni
el contexto de la persona. Entonces, ¿por qué ocurría
Por eso, empezaron a estudiar las relaciones padres – hijo y
la frecuencia del contacto cara a cara. No se centraron en que fueran la causa
pero sí, que a consecuencia de la enfermedad hubiera existido un cambio en la relación
y en la convivencia.
Y descubrieron un tipo
de comunicación que creaba un estrés crónico que afectaba directamente en la
evolución de la esquizofrenia y que conllevaba más recaídas. A este tipo de
comunicación la llamaron Emoción Expresada. Esta comunicación consiste en la existencia de:
- Sobreimplicación emocional
- Hostilidad
- Comentarios Críticos
- Calidez
- Comentarios positivos
- donde obtiene información sobre la enfermedad,
- para poder hablar sobre la enfermedad,
- donde se le acoge y se le escucha,
- donde intercambia experiencias,
- donde aumentar sus contactos sociales…
En la Psicoeducación Sistémica
(realizada como un módulo más dentro de la Psicoeducación Familiar
tradicional) hemos querido validar la hipótesis que si una familia tiene un espacio:
- donde se le explique que es la emoción expresada y cómo afecta al curso de la enfermedad,
- donde puedan hablar sobre el cambio de su dinámica y estructura familiar,
- dónde puedan intercambiar experiencias de cómo les ha apoyado su familia extensa,
- dónde integrar el proceso en su historia familiar,
- dónde puedan darse cuenta de la relación de síntomas con la dinámica familiar…
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